La salud del papa Francisco, quien esá hospitalizado desde hace una semana debido a una neumonía bilateral, sigue «en peligro«, según el cuerpo médico del hospital Gemelli de Roma. Si bien registró una «leve mejoría» recientemente, el obispo de Roma permanecerá internado «al menos toda la próxima semana», a pesar de que no está conectado a ningún equipo médico y que mantiene su característico sentido del humor.Este viernes, el doctor Sergio Alfieri, quien estuvo al frente del equipo médico que atendió al sumo pontífice, detalló en una rueda de prensa desde la capital italiana que, aunque Francisco se encuentra en proceso de recuperación, su estado aún no es completamente seguro. «El papa no está fuera de peligro», aclaró, explicando que, por prudencia, se decidió mantenerlo en observación durante los próximos días.
El Papa Francisco tuvo otra buena noche y el Vaticano aguarda los resultados de su tratamiento
El papa, de 88 años, ingresó en el hospital el viernes pasado debido a una infección pulmonar grave. Según los médicos, Francisco mantuvo un espíritu positivo, continuó bromeando y no estuvo conectado a máquinas, lo que evidenció que su estado de salud mostró algunas mejorías. Sin embargo, la grave crisis de salud que tuvo abrió puertas a un escenario incierto de cara a una eventual sucesión papal, en medio del avance de corrientes conservadoras «anti Bergoglio» que se oponen a la agenda reformista del Papa argentino.El parte médico del papa Francisco
A pesar de estar hospitalizado, el pontífice continuó con sus actividades cotidianas: recibió a sus colaboradores más cercanos, leyó documentos, firmó papeles y realizó llamadas telefónicas, según lo informado por el Vaticano. «Si lo enviamos a Santa Marta [su residencia en el Vaticano] volverá a trabajar como antes», comentó el doctor Alfieri, aunque le recomendaron reducir su ritmo de trabajo.
La Santa Sede emitió un parte médico el jueves informando que el Francisco no presentó fiebre y que sus parámetros hemodinámicos seguían siendo estables. Además, destacó que el obispo de Roma había recibido la Eucaristía y continuó con sus tareas profesionales. Los cardenales que lo visitaron también manifestaron su optimismo, afirmando que el pontífice estuvo «por el buen camino».

La situación reavivó las preocupaciones sobre su salud, dado que en los últimos años, Francisco enfrentó varios problemas de salud, incluyendo intervenciones quirúrgicas y dificultades de movilidad. Además, circularon rumores y noticias falsas, especialmente a través de las redes sociales, que afirmaban su muerte, lo cual generó gran alarma entre los fieles. Ante tales rumores, el Papa bromeó con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, diciendo: «Sé que algunos por ahí dicen que ha llegado mi hora, ¡siempre me traen mala suerte!».Este escenario aumentó las especulaciones sobre la capacidad de Francisco para seguir en el cargo, generando dudas sobre su futuro. Sin embargo, el derecho canónico no contempló ninguna disposición específica en caso de que una enfermedad grave afectara su lucidez o capacidad para gobernar La sucesión papal y las corrientes «anti Bergoglio»
Con las dudas sobre la salud del Papa Francisco aumentando, las preguntas sobre su posible renuncia no tardaron en llegar. La incertidumbre sobre cuánto tiempo permaneció hospitalizado fue grande, especialmente porque este fue su cuarto ingreso hospitalario desde 2021.
Desde el décimo piso del hospital Gemelli, donde permaneció desde el 14 de febrero, las filtraciones sobre su estado de salud fueron mínimas. Aunque el Vaticano aseguró que Francisco retomó parte de sus funciones, aún no se sabía cuánto tiempo seguiría en el hospital ni cuándo podría retomar su agenda.
A lo largo de la semana, varios cardenales fueron consultados sobre una posible renuncia. Jean-Marc Aveline, cardenal francés de Marsella, expresó: «Confié absolutamente en la lucidez del Papa», añadiendo que él es libre de tomar la decisión que considere mejor para la Iglesia. Gianfranco Ravasi, cardenal italiano, también señaló que Francisco podría haber renunciado si su salud empeoraba, y recalcó que «es él quien tiene la última palabra».La posibilidad de una dimisión fue una cuestión abierta durante años. Francisco dejó en claro que, al igual que su predecesor Benedicto XVI, firmó una carta de renuncia poco después de su elección en 2013, por si su salud llegaba a deteriorarse al punto de no poder desempeñar sus funciones. A pesar de ello, también reiteró en varias ocasiones que deseaba seguir liderando la Iglesia mientras su salud lo permitiera, argumentando que «se gobierna con la cabeza, no con las piernas».
La neumonía que actualmente afectó al Papa, sumada a sus antecedentes médicos —como una cirugía de colon y problemas respiratorios derivados de la pérdida de parte de su pulmón derecho cuando era joven— generó aún más interrogantes. Los problemas respiratorios que padece un hombre octogenario fueron de especial preocupación, especialmente porque en los últimos meses tuvo que cancelar compromisos, delegar funciones o incluso detenerse durante sus homilías debido a la falta de aire.A raíz de su hospitalización, también resurgieron las voces en contra de su pontificado, especialmente entre algunos sectores conservadores. En las redes sociales, circularon rumores sobre su supuesta muerte, alimentados por una corriente de oposición interna. En particular, los círculos más conservadores de Estados Unidos impulsaron una “corriente anti-Bergoglio”, como lo señaló el cardenal Ravasi, quien lamentó que estas voces utilizaran las noticias falsas para hacer presión. Además, destacó que la polarización en torno al pontificado de Francisco se intensificó, especialmente debido a sus reformas y decisiones sobre temas como la misa en latín y las bendiciones a las parejas del mismo sexo.
En este contexto, la figura del Papa Francisco siguió siendo objeto de fervientes oraciones y manifestaciones de apoyo en todo el mundo. A través de su cuenta de Instagram, que contaba con casi 10 millones de seguidores, miles de fieles enviaron mensajes de ánimo y deseos de pronta recuperación, en reconocimiento a su labor al frente de la Iglesia Católica.