En una noche de alta tensión en el paraje Tobantirenda, kilómetro 1.484 de la Ruta Nacional 34, la Gendarmería Nacional desenmascaró un plan tan ingenioso como perturbador. Lo que parecía una mudanza común en una camioneta Ford F100 se transformó en una escena digna de Hollywood.
El conductor, al ver las señales de detención, aceleró a fondo, hizo maniobras temerarias y terminó estrellándose contra un árbol.
En un acto desesperado, saltó del vehículo y corrió hacia la oscuridad del monte, pero su huida duró poco: los gendarmes lo capturaron. Con la escena bajo control, el can antidrogas “Tota” entró en acción. Olfateando entre colchones, somieres y dos heladeras (una no frost y otra bajo mesada), dio la alerta. El hallazgo fue escalofriante: dentro de las heladeras, camuflados como si fueran parte del electrodoméstico, había “ladrillos” con más de 10 kilos de cocaína.
Las pruebas de narcotest confirmaron lo peor: droga de alta pureza. Según informó el sitio oficial de Gendarmería Nacional (www.gendarmeria.gob.ar), este operativo se enmarca en el Plan Güemes, diseñado para combatir el narcotráfico en rutas clave del país. La Sección Seguridad Vial “Carapari” del Escuadrón 61 “Salvador Mazza” actuó con precisión, frustrando un intento descarado de burlar la ley.
