Las lluvias persistentes en la Quebrada del Toro y las zonas de altas cumbres del Valle de Lerma han convertido al río Rosario en una amenaza real para la ruta nacional 68 y las zonas bajas de El Carril y La Merced. En las últimas semanas, el caudal ha puesto en riesgo dos viviendas ubicadas cerca de sus orillas en la zona rural conocida como La Florida. Además, se ha detectado que las aguas están escurriendo de manera paralela a las vías abandonadas del viejo ramal ferroviario C-13, lo que representa un peligro inminente para la ruta 68.Ante esta situación, el municipio de El Carril convocó al Ejército Argentino, a través de la Compañía de Ingenieros 5, para desplegar un operativo de emergencia en la zona del río Rosario. La furia del río se ha intensificado, poniendo en peligro viviendas y comprometiendo seriamente la infraestructura vial de la ruta 68.
El desborde del caudal, alimentado por las crecidas en la alta cuenca de los ríos Toro, Carabajal, Agua Chuya y La Florida, ha generado una peligrosa erosión en los márgenes del río Rosario. Esta situación ya ha provocado socavones críticos en la ruta provincial 36, en la zona de La Florida, y ahora avanza con fuerza sobre los pilotes de los puentes de la ruta 68.
«De no tomarse medidas urgentes, el Valle de Lerma podría quedar literalmente dividido en dos, sin posibilidad de tránsito por ninguna de sus arterias principales», advirtió Efraín Orosco, jefe comunal de El Carril.
En respuesta a esta emergencia, la comuna comenzó a coordinar con el Ejército el despliegue de maquinaria pesada para encauzar el río y frenar su avance. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica: la corriente, que ha aumentado de manera desmesurada en las últimas semanas, amenaza con reconfigurar el cauce y expandirse hacia tierras bajas, inundando sectores cercanos a la ruta 68 y poniendo en riesgo a dos familias que residen en la ribera.
«Estuvimos atentos a lo que estaba sucediendo en la orilla que corresponde a nuestra jurisdicción. De todos modos, la maquinaria encaró el trabajo de reforzar los pilotes del puente ferroviario porque el caudal del agua viene crecido y peligroso», explicó el intendente.
La crecida también pone en riesgo la ruta 36
El peligro no se limita solo a El Carril. En la jurisdicción de La Merced, sobre la ruta provincial 36, el río Rosario continúa erosionando la cinta asfáltica con cada nueva tormenta. La crecida constante, combinada con la fragilidad del terreno, ha convertido este tramo en un punto crítico. Si el agua logra abrirse paso de manera definitiva, la conectividad del Valle de Lerma podría colapsar.Las lluvias persistentes en la Quebrada del Toro han hecho del río Rosario una amenaza latente no solo para la infraestructura vial, sino también para la seguridad de la población. No se trata solo de daños materiales, sino de un riesgo directo para el puente sobre la ruta nacional 68, por donde transitan alrededor de 15.000 vehículos diarios entre El Carril y La Merced.
El Ejército, ante la urgencia de la situación, trabaja desde hace días en el encauzamiento del río y la protección ribereña de la zona. Sin embargo, en la margen opuesta, la ruta provincial 36 sigue en peligro si el caudal continúa erosionando sus orillas. Cabe recordar que esta vía une Rosario de Lerma con la ruta 68.
En Rosario de Lerma, a la altura de Carabajal, la crecida impide el cruce de tractores y vecinos a la otra orilla. En Campo Quijano, donde el mismo cauce se denomina El Toro, el agua está a metros de los barrios San Roque y San Jorge. Aunque los terraplenes de las plantas de áridos han contenido el caudal hasta el momento, la amenaza sigue latente y requiere medidas urgentes para evitar un desastre mayor.
Fuente: El Tribuno